jueves, 21 de agosto de 2008

De mis días, un día.

Mi día comienza cuando todavía afuera esta oscuro, a pesar de que recién me despierto siento demasiado cansancio y un fuerte dolor de estomago. Como es tarde no hay tiempo para pensar en al ropa que me voy a poner, agarro lo primero que encuentro en el canasto de ropa sucia, dejo las pantuflas por las zapatillas sin darle importancia al chicle pegado que se asoma desde la suela.
Me dirijo al baño lo primero que hago es mirarme al espejo, increíblemente sigo peinada, mi pelo esta intacto, solamente me maquillo. Al llegar a la cocina vomito sobre un plato que estaba en la mesa y automáticamente mi dolor desaparece, limpio los platos sucios y los guardo.
Antes de ir al colegio prendo la tele para ver la temperatura. Sin comer y sin lavarme los dientes, tomo el abrigo, la mochila y me dirijo hacia la parada del colectivo. Parece que el colectivo me estaba esperando porque apenas llego a al parada estaba ahí. Subo por la puerta del medio para no pagar, es que no conseguí monedas. Al bajarme del colectivo y verme las zapatillas saco de un tirón el asqueroso chicle, y sigo camino al colegio.
Terminadas las horas en el colegio, vuelvo a casa. En la misma, dejo la mochila y la campera, caminado hacia la cocina otra vez siento ese dolor de estomago y vuelvo a vomitar en una olla sobre la mesada. Limpio la olla y me enjuago la boca con una mezcla de agua y pasta de dientes. Como ya me siento mejor me pongo a borrar toda la tarea que me dieron en el colegio por que me salio mal y no voy a volver a hacerla porque mi programa favorito empezó en la televisión. Cuando termina a pesar de no tener sueño me voy dormir ya que mañana otro día voy a comenzar...